jueves, 12 de agosto de 2010

curioso.

Después de un sueño, descubrí algo que fue de lo más extraño. ¿Será que tanto traté entenderte que esa ayuda tan extraña que cayó en el momento menos esperado terminó de demostrarme como sos?
Fue tan pero TAN extraño que todavía no termino de atar cabos, ni de sorprenderme.
Por que dije basta, y se encargaron de que te conozca un poco más para volver al ruedo... o no. Ojalá no. Por favor no.

Tengo que aprender a decir basta y cumplirlo, porque siempre todos los caminos me llevan de vuelta a vos.

Y hoy no sé, si esto es casualidad o simplemente DESTINO.




En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

De otro. Será de otro. Cómo antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Es tan corto el amor y tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
Y estos los últimos versos que yo le escribo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario